Serían 10 añitos
He ido a verla, aunque sin su regalo de cada año, un hueso gigante y muchos palotes de golosina. Le he contado algunas cosas que han pasado desde que no está, siempre la tenía informada de todo, si me iba mal, me mimaba con muchos besitos y yo la achuchaba, y si me iba bien..hacía lo mismo. Nos pasábamos el día jugando y haciéndonos carantoñas.
Entre otras cosas, le he contado que su trono está a buen recaudo, ese por el que me abandonó por las noches, por ahora no lo va a usar nadie, aunque Paco creo que lo quiere para él (y se va a quedar con las ganas). Y que Julia la sigue buscando cuando viene, entra a todas las habitaciones hasta que llega donde está el trono, entonces sale a buscarme, como siempre hacía después de saludarla, y se me sube para darme besos, es un clon de Kina, solo que pequeñaja y con más mala leche.
También le he estado contando que la echo mucho de menos, que sigo comiendo golosinas a escondidas por si entra a pedirme, que cuando hay comida rica pienso en el festín que se va a dar, que la oigo llorar por las noches al otro lado de la puerta para que le abra y pueda acostarse en su trono, que he llenado su rincón de cosas porque no puedo verlo vacío, que cuando vuelvo a casa los sábados por la noche espero su ladrido y movimiento de cuerpo esperándome en la puerta con esa sonrisa tan bonita (sí, mi Kina sonreía), que sigo asando un lomo más para ella, que la oigo pasear por casa, estornudar y suspirar (esto último lo hacía mucho y se me pegó), que guardo su última mantita conmigo, y que sigue siendo la cosita que más quiero en el mundo.
Y no podía dejar de contarle cómo van mis asuntos con ese alguien del que tanto le hablaba, ese con el que susurraba mientras la sacaba a pasear, la arropaba por las noches o la cuidaba y mimaba. Ese que se preocupaba por ella mientras estuvo enferma sin conocerla, pero es que Kina se hacía querer.
Ese alguien es de los pocos que me saca una sonrisa (y muchas) cada día, por muy triste que esté (aunque no siempre lo estoy), no puedo evitar sonreír cuando aparece.
Así que después de estar con ella casi una hora, antes de irme le he vuelto a decir lo mucho que la quiero y que estoy bien, que él me cuida y me mima casi tan bien como ella (superarla es muy difícil). Y que, gracias a él, voy llevando mejor el que ella ya no esté.
Volveré a visitarla pronto, como le prometí.